Palabras preliminares para su libro "Pictures that tick, Vol.1".
Durante estos últimos años estuve trabajando en otras cosas, en su mayoría películas, fotografía, ilustración y diseño para CDs, libros y publicidades, etc. Y eché de menos los cómics, pero no así la industria de los cómics.
Cuando salió mi primer libro con Neil Gaiman, los cómics ascendían lentamente por la pendiente de la respectabilidad, después se convirtieron en la nueva música pop, y después explotaron y la pegaron, y los cocineros de la tele, diseñadores de interiores y tipógrafos gozaron de sus 15 minutos de fama, y después los cómics cayeron nuevamente por la pendiente hasta quedar reducidos a una herramienta de marketing, una sala de espera para futuras películas y juguetes.
Estos años de distancia me permitieron ver el asunto con mayor claridad, y los resultados pueden apreciarse. Las conclusiones que saqué son bastante obvias:
1-¿Acaso no es genial Winsor McKay? Quiero decir, genial.
2-Se dio un extraordinario número de redundantes callejones sin salida.
3-Al contrario que en la industria de la música, que parece ser un hiperactivo y obsesivo cubo de Rubick (demonios, los colores son siempre los mismos pero ahora están dispuestos en un orden un poquitín diferente, esto sí que va a estar bueno), la industria del cómic parece sufrir un miedo patológico frente al cambio.
4-¿Acaso existe un medio de narración visual más potente, accesible, íntimo y democrático que los cómics? No lo creo. El teatro necesita un teatro, el arte narrativo necesita una galería narrativa, la TV necesita dinero, el cine necesita mucho más dinero aún y 267 viandas. El cómic necesita una pluma, un papel, una fotocopiadora quizá y un imprentero amigo. Supongo que si están leyendo esto (...) creen en el potencial poder expresivo e intimidad personal que los cómics pueden alcanzar, pero hay otra cosa: todo el mundo hace cómics. Y digo todos. Todo el mundo saca fotos durante sus vacaciones, ¿verdad? O en los casamientos, o de nuestros hijos. Y todos las usan para contar historias, para evocar un evento en un orden secuencial, la historia de una vida, desde el nacimiento hasta la graduación, es una de las cosas que nos hacen decir "Aah", ¿no es cierto? (...)
Nunca disfruté tanto de los cómics como mientras hacía las historias cortas de este libro, o mi novela gráfica "Cages". Intenté hacer el libro que me gustaría comprar pero veo que falta en las bateas de las librerías, de eso se trata.
domingo, 4 de abril de 2010
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Es notable lo aguda que es la vista de este tipo. Y leyendo este texto, al contrastarlo con su obra queda claro que el tipo es absolutamente coherente con lo que dice, con su concepción de la historieta. Con lo cual da para pensar si no está haciendo historieta también en todas esas páginas desperdigadas entre las historietas que constan en el índice de "Pictures that [tick]" (¿no está contando su estadía en Mallorca?).
ResponderEliminarDave McKean es un genio y lo admiro mucho.
Tu blog siempre tiene cosas interesantes, Berliac! Saludos!